lunes, 11 de mayo de 2009

¿DOCENTE O MAESTRO?

¿DOCENTE O MAESTRO?

La labor de un maestro transciende en el tiempo, transforma a sus discípulos, a su comunidad, a su país y al mundo, un maestro esta destinado a cumplir su labor, crecer con ella, la ama y cuida como una madre cuida a su hijo, no permite errores en ella, camina en búsqueda de la verdad y no la oculta a sus discípulos una vez hallada en fracciones hasta formarla en un todo, un maestro es un mentor de la humanidad y reconoce que lo es, su titulo sólo es dado por sus discípulos no en la universidad. Su humildad y honestidad son los pasos que da en su trayectoria por eso no confunde sus caminos. Su integridad es legitima; comulga con lo que dice, ya que integridad es hacer lo que se dice que se es.
En ocasión todo maestro es tentado y probado; Jesús de Nazaret es una muestra histórica; muchos maestros fueron tentados y probados,( Karol Wojtyla, Sócrates, Platón, Descartes, Rodríguez, Prieto), entre muchos que se escapan de las paginas de la historia universal.
Hoy los maestros pudieran ser tentados por factores económicos, políticos, facilismos, burocráticos, comodidad, y no involucro entre estas tentaciones; la necesidad porque como humano todos; tuvieron, tienen y tendrán necesidades, no es una variable para alejarse del sendero de maestro.
Un maestro; y no uso la frase: “un verdadero maestro” porque en esta definición “se es o no se es”, jamás roba; ni tiempo, ni ideas, ni verdades, ni meritos, y la virtud que más lo acerca a su definición es que no sabe mentir. El maestro marcha con sus discípulos, es el quien prueba que lo que enseña, dice, y profesa es cumplible y es real porque él, lo modela. El maestro; busca a sus discípulos y los convierte en mejores humanos y los regresa ciudadanos a sus padres quienes luego se convierten también en sus discípulos. El maestro no disciplina para el aula, sino para el éxito en la vida y así lo entienden sus discípulos; el maestro enseña para la vida, no para comprobar lo dicho en una prueba o en una tarea.
Es fácil llamar a un docente maestro, cuando la inocencia rodea a quien lo dice, pues a un inocente lo deslumbra cualquier luz tenue, pero; quien se dejase llamar maestro ha de buscar sus pasos en la historia de su vida y ver si ha vivido su profesión como tal, para merecer ser llamado maestro.
Ser llamado docente es mas llevadero en la profesión de educador, pues; el docente tiene a mi manera de ver menos responsabilidad social que el maestro. Si a un docente”y no digo que sean todos”, un alumno no le aprehende sus clases puede tener la excusa de decir que es culpa del representante que no le apoyó, o de la sociedad que no le brindo un ambiente adecuado, o en el peor de los casos ; el niño tiene retardo(es especial). Si falta a sus labores en donde lo esperan un grupo de niños, niñas o jóvenes; pudiera justificar su falta con un justificativo medico de medio día, ya que cumple con sus compromisos particulares como sino estuviese enfermo, pudiera no sentirse culpable por no tener planificada sus clases porque como humano también sufre de olvido en algo tan insignificante como lo es su trabajo.
Un docente y ¡ratifico no son todos!, sabe a ciencia cierta cuales son los días no laborables y cuales se pueden negociar para no laborar, planifica con ahínco sus días fuera del aula, lejos de sus alumnos, pues ellos sólo son el medio que provee el sueldo para vivir. El docente corrige al alumno, pero; es incapaz de corregirse a si mismo.
Para apoyar toda esta contrariedad entre el deber ser y el ser existen las leyes y los sindicatos que apoyan al docente sin ver en la mayoría de los casos a la sociedad que necesita no a un empleado desganado, sino a una persona que entienda que su trabajo es importante, que su labor es insustituible, que su profesión es la más digna de todos las que pudiera ver elegido persona alguna, que la humanidad espera aportes significantes de él, que sus alumnos pudieran ver la vida de forma diferente tan sólo por encontrar en un docente a un maestro.
¿Docente o maestro?, muchos son los que albergan esa semilla en su corazón, por eso estoy orgulloso de tener en el magisterio personas como ellas, y mientras exista la semilla hay esperanza de un mundo mejor.


Benigno Blanco./2005.
benignoblanco@hotmail.com

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